Últimamente cuando hablamos de móviles, inteligentes o no, algo es muy claro en el panorama, las innovaciones se están acabando. Las últimas generaciones de teléfonos inteligentes se han enfocado en ser más grandes y más rápidos, pero a parte de la normalización de incluir el sensor de huellas dactilares, el cual a muchos en realidad no les importa en absoluto y otros aunque lo tienen pues no lo usan, no hay nada que podamos decir que es algo novedoso.

Lo más cercado a una novedad en los últimos años es la inclusión de las “pantallas curvas” que aunque existían hace muchos años se han comenzado a colar en muchos dispositivos como la gama Edge de Samsung cuya característica principal es esta, la pantalla se curva en los bordes dando un rango mayor de acciones a los usuarios al disponer de este espacio extra de acción para inclusión de íconos e informaciones distintos.

Pero el estancamiento tecnológico parece que está próximo a acabarse ya que cada vez se hace más inminente, según los rumores, el lanzamiento de un móvil con pantalla flexible. Aunque sabemos que existen patentes desde hace unos años para pantallas que se pueden doblar y dispositivos enteros que se pueden plegar y extender o encoger sin dañarse, lo cierto es que aún no ha salido el primer modelo que haga uso de esta característica.

Pero como se suele decir “cuando el río suena es porque piedras trae” así que debemos estar atentos, puede ser que pronto recibamos la sorpresa del primer teléfono de 5 pulgadas que podemos extender a 10 o 15 a voluntad. Aún nos falta ver algún avance significativo en las baterías que es lo que más preocupa a los usuarios, pero algo es algo.